17 abr 2010
16 abr 2010
SoBrE lA iMaGeN
“El modo de ver del fotógrafo se refleja en su elección del tema, el modo de ver del pintor se reconstituye a partir de las marcas que hace sobre el lienzo..”
con más profundidad nos permite compartir la experiencia que tuvo el artista de lo visible”
La vista es una capacidad que introduce en nuestra vida un sinfín de complicaciones. En un lugar estamos nosotros observando la realidad que nos rodea, entramando sus interrelaciones y la relación de estas con nosotros, en otro encontramos esa realidad observándonos desde distintos ángulos, situación de la que también tomamos conciencia en nuestra observación. A través de este régimen de visión construimos nuestro modo de ver, la forma en que elaboramos las imágenes de las cosas que nos rodean, por tanto toda imagen posee un componente de subjetividad del individuo que la produce.
El artista es un constructor de imágenes que son categorizadas como “obras de arte”, este es su mayor de problema, ya que en torno al arte existen numerosos presupuestos formados a lo largo de la historia que lo hacen rígido y alejado de su verdadera intencionalidad. Estos presupuestos han servido de apoyo para la subsistencia de las minorías ricas y poderosas, convirtiendo al arte en un privilegio exclusivo para su círculo y rodeándolo de un halo místico de carácter casi divino al que solo “ellos” eran capaces de llegar.
En la actualidad con la invención de la cámara fotográfica y la posterior aparición de la cámara de video, se hizo evidente que aquello que vemos se encuentra siempre enmarcado en un contexto espacio-tiempo, pero también se rompió la unicidad de las imágenes, permitiendo conseguir infinitas reproducciones de cualesquiera imagen. De esta forma fue posible que la imagen fuera hasta el espectador y no al contrario, pero al mismo tiempo se trastocó el concepto de original de una imagen sustituyendo el significado por el material sobre el que se plasma ese significado. Esta materialización del concepto de original en una obra de arte hizo posible que este también fuera cuantificable, el valor de las obras de arte paso a ser un mero precio de mercado, aunque quienes manejan este comercio dicen que es un reflejo de su valor espiritual, así se vuelve a colocar al arte en un ámbito místico inexistente.